La naturaleza de suelo rural, las características del espacio natural y su capacidad estratégica como suelo agrario han llevado al órgano ambiental del Gobierno Vasco a recomendar que no se construya en el ámbito de Aduritz-Akular. Así lo ha señalado en el informe vinculante al Avance durante la tramitación del Plan General. Una y otra vez se muestra preocupado por la amplia superficie de suelo rústico que afecta el ámbito urbanístico, la pérdida que supondría para las explotaciones agrarias y sus capacidades, al tratarse de terrenos considerados como ámbitos estratégicos en el PTP de Donostialdea, y la dirección de Patrimonio Natural y Cambio Climático ha cuestionado la viabilidad ambiental.
Altza XXI interpreta que lo que se ha planteado como recomendación sería una prohibición si no fuera porque los terrenos están clasificados como urbanizables desde el Plan General de 2010. El tiempo no ha pasado en balde y si entonces era desproporcionado ahora los nuevos criterios del urbanismo (sostenibilidad, cohesión social, prevención ante el cambio climático…) lo han convertido en indefendible.
Así las cosas, el interés público no permite urbanizar y construir casi un millón de metros cuadrados de terreno rústico en Aduritz-Akular. Esta pretensión responde al interés particular de los promotores privados. En este contexto hay que situar la reivindicación de Odón Elorza y Letamendia. Hay que recordarles que la situación actual es en gran medida responsabilidad suya, no en vano Elorza fue alcalde durante 20 años y Letamendia concejal de urbanismo durante 16 años, es decir, si en los últimos 30 años se han construido 30.000 nuevas casas y el 96% del parque de viviendas de la ciudad es de venta libre, y sólo un mísero 4 % protegido, también es responsabilidad suya.
También el alcalde de la ciudad interviene en esta pugna por liderar ahora la política de vivienda anunciando una modificación puntual del Plan General respecto del suelo altzatarra, aludiendo a su inviabilidad económica en el diseño de 2010. Hace unos meses nos habló de modificar el Plan Especial, aunque sin duda quería referirse al Plan Parcial. Una y otra vez se hace oídos sordos a una verdad que ahora está impresa en el documento de Alcance del Órgano Ambiental Autonómico: Aduritz-Akular no puede ser el emplazamiento donde resolver de un plumazo los problemas habitacionales de Donostia.
El incumplimiento reiterado de la orden legal de destinar el 15 % de cesión de la edificabilidad a obtener vivienda pública, el incumplimiento de los estándares de vivienda protegida que ya eran obligatorios desde la ley de 1994, acrecentados por la ley de 2006, las recalificaciones de zonas industriales obsoletas que no se han destinado íntegramente a vivienda protegida, son algunas de las malas praxis que señalan a unos responsables políticos que ahora quieren soluciones rápidas y baratas, pero tan agresivas con el medio natural y sus valores, y con el entorno ciudadano y social de Altza que son inasumibles. No lo dice sólo la ciudadanía altzatarra (que quitó su apoyo a Odón en 2011, entre otras cosas, a causa de su empecinamiento con este proyecto), sino que lo acaba de decir también, alto y claro, el Gobierno Vasco.
Ni los intereses privados y sus adalides, ni un gobierno municipal abrumado por su propia incapacidad pueden cambiar la realidad: que no se puede plantear urbanizar y colonizar el monte como en la década de los 70.
Altza, junio 2025